Cehegín sorprende

Casco antiguo de Cehegín - Foro de Juanjocehegin1998

entre los ríos Argos y Quípar, entre el monte y el bancal,
íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos lo habitaron,
forjando su patrimonio y su gastronomía.

Situada en el corazón de la comarca murciana del Noroeste, el municipio de Cehegín, con sus fértiles y extensas tierras, ha sido el lugar elegido por diferentes culturas para ser morada de sus pobladores desde los tiempos más remotos.

Los restos de otras culturas se remontan a la prehistoria, a sus pinturas rupestres pertenecientes al arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica. Sin embargo, íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos también dejaron sus propios testimonios en su travesía por la historia de la ciudad de Cehegín.

El paso de estas civilizaciones ha ido dejando huella en esta tierra, lo que ha hecho posible que, con el transcurrir de los siglos, se cuente en la actualidad con un patrimonio muy rico en sus diferentes manifestaciones.

Cehegín es un municipio de 16.229 habitantes (según el padrón a 31-12-2008) situado en el centro de la Comarca del Noroeste. Limita al Este con los municipios de Mula y Bullas, al Sur con el de Lorca, al Oeste con Caravaca de la Cruz y al Norte con Calasparra y Moratalla.

Está enclavado sobre una zona montañosa, con grandes áreas boscosas en las que predomina el pino. Destacan el Coto Real de la Marina, la Sierra de la Lavia, la Sierra de Burete, la Sierra de la Puerta y la Sierra de Gilico y Cambrones.

De la época neolítica ya encontramos restos del paso del hombre por la zona como las cuevas de la Peña Rubia. Los orígenes de la ciudad hay que situarlos en la antigua Begastri, poblada desde la época íbera y sede episcopal de la antigua Deitania, y de los obispos de Cartagena en tiempos de inseguridad costera.

Su esplendor decae en la época de Abderramán II y comienza la población en la actual Cehegín. En 1266 Alfonso X otorgó la comarca de Cehegín a la Orden del Temple. Cuando desapareció esta, pasó a la de Santiago. En 1344 Alfonso XI declaró a Cehegín independiente de Caravaca.

La rica historia ceheginera le hace poseer un importante patrimonio. En su Casco Antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1982, abundan muestras de arquitectura popular de los siglos XII al XIX, casas señoriales de diferente estilo y en las que predomina el renacentista, el barroco murciano, el rococó y el neoclásico entre las que destacan el Palacio Villar de Felices, el Palacio de Jaspe, la Casa del Conde de Campillos, entre muchas otras, fechadas entre los siglos XVI y XIX.

También merecen ser citadas las Iglesias de Santa María Magdalena, la de la Soledad o la Iglesia de la Concepción.

Aunque el actual asentamiento de la ciudad de Cehegín se produce en la Edad Media en base a una iniciativa islámica, hay que remontarse bastantes siglos atrás para profundizar en sus orígenes.

Es un hecho probado que los abrigos y cuevas de Peña Rubia fueron aprovechados desde el Neolítico como lugares de enterrramiento, perdurando como sagrada tradición durante varios siglos.

Numerosos yacimientos arqueológicos dan testimonio del paso de las principales culturas prehistóricas y de la Antigüedad por estas tierras como lo son las culturas argárica e ibérica.

En el siglo IV, la población se asentaba en una pequeña aldea ibérica localizada en el Cabezo Roenas, a unos 2,5 kilómetros del actual casco urbano. Más tarde este asentamiento pasó de ser un pequeño poblado ibero a convertirse en municipio romano y con el devenir de los años y gracias a los visigodos, en Sede Episcopal desde finales del siglo VI hasta finales del siglo VII, dándose a conocer como la Ciudad de Begastri.

Tras la invasión musulmana se creó el actual núcleo urbano de Cehegín, probablemente como centro de control de los enclaves cristianos.

Hacia finales del siglo IX o principios del X, procedentes de Africa, se asentó una tribu de bereberes, los Zinhagies, quienes fundaron una fortaleza roquera que, con el tiempo, adquiriría el nombre de sus fundadores derivando en el actual nombre de Cehegín. Poco a poco las gentes de Begastri se instalaron alrededor de esta fortaleza, comenzando así una nueva etapa que significó el abandono de Begastri y la fundación de Cehegín.

El Ministerio de Cultura declaró en el año 1982 como Conjunto Histórico Artístico todos aquellos barrios que conformaban el enclave urbano con anterioridad a la Edad Contemporánea.

En Cehegín destaca el trazado irregular de sus calles ubicadas siguiendo las curvas de nivel, con características medievales, lo que en ocasiones produce encuentros fascinantes.

En el Casco Antiguo de Cehegín abundan muestras de arquitectura popular de los siglos XII al XIX , casas señoriales de diferente estilo en las que predomina el renacentista, el barroco murciano, el rococó y el neoclásico entre las que destacan el Palacio Villar de Felices, el Palacio de Jaspe, la Casa del Conde de Campillos, el Hospital del Conde de la Real Piedad, el Palacio del Duque de Ahumada, la antigua Casa del Concejo, entre muchas otras, datadas entre los siglos XVI y XIX y en los que existen muestras heráldicas que han despertado el interés de los investigadores.

Merecen ser citadas aparte las Iglesias de Santa María Magdalena, la de La Soledad y la Iglesia de la Concepción.

En la zona del ensanche, fuera del Casco Antiguo, se encuentra el Convento de San Esteban que alberga en su interior la escultura de la Patrona de Cehegín, la Virgen de las Maravillas, talla napolitana rococó del siglo XVIII de sobrecogedora belleza, realizada por el escultor Nicola Fumo.

Existen abundantes restos prehistóricos destacando entre otros muchos las pinturas rupestres de Peña Rubia, pertenecientes al arte levantino, en fase de estilización y con la peculiaridad de que fueron realizadas en cavidades interiores. En el año 1998 recibieron la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La Ciudad de Begastri, que ha sido declarada B.I.C., representa los orígenes de importantes asentamientos de la cultura ceheginera. Este importante yaciemiento arqueológico está situado a unos 2,5 Km. del casco urbano y conserva restos de las culturas ibérica, romana y visigoda.

El apogeo de Begastri se enmarca desde finales del siglo VI hasta principios del VIII. Durante gran parte del siglo VII es convertida por los visigodos en Sede Episcopal y ejerce el control administrativo de una amolia zona del sureste peninsular, estando documentada la asistencia de sus obispos a los Concilios de Toledo.

De Begastri tenemos datos arqueológicos anteriores al siglo IV a. C. ya en época Ibérica. Se han hallado cerámicas griegas tanto de figuras negras como rojas que las élites de la ciudad adquirían como signos de prestigio.

La temprana romanización de Begastri se debe a que el núcleo urbano estaba perfectamente formado, implantado los nuevos señores un templo a Júpiter, instalando un foro frente a él y del que se conserva actualmente el ara del templo dedicada a Júpiter Óptimo Máximo.

Se han hallado restos monumentales de esta época reutilizados para la construcción de las murallas de época tardía pues tuvieron que realizar una destrucción sistemática de los edificios públicos y monumentos para la construcción de la gigantesca muralla que los defendiera de los invasores.

Era un municipio romano y ciudad visigoda que fue sede episcopal asistiendo sus obispos a los concilios de Toledo.
Si estamos en la  puerta de la vía verde, desde aquí observamos las imponentes murallas que desde el este al oeste conservan en algunos sitios más de 4 m de alzado. Estas estarían enlucidas de yeso para disimular su pobreza de materiales pues hubo que realizarlas con mucha premura.

Desde la puerta más oriental, observamos el vano de acceso a Begastri viendo desde aquí el interior de la ciudad; 2 puertas cerraban el acceso que aún pueden verse y donde observamos los más de 5 metros de espesor del muro. Desde aquí nos dirigimos junto a las murallas, hacia la torre más grande localizada donde en su interior se encontraron los restos de 2 soldados que murieron defendiéndolas. Seguidamente nos dirigimos hasta el acceso más occidental donde ascendemos hasta el interior de la ciudad junto a la puerta Occidental que fue desmantelada hasta sus cimientos para la construcción del puente que hay junto al cerro.
Una vez arriba observamos una panorámica del último período visigodo previo a su destrucción por los musulmanes donde se hallaría la Basílica de San Vicente con todo el entramado del Palacio Episcopal.

Begastri fue cantera para la construcción de Cehegín que desde aquí se observa; miles de carros con piedras de aquí labradas se transportaron durante siglos hasta la vecina ciudad que terminó por arrasar lo que quedaba tras su incendio. De esta época es el tesorillo de Begastri donde más de 300 monedas de plata fueron ocultadas en el suelo de una casa y nadie pudo volver a recogerlas. Junto a los “terreros” del río Quipar observamos el puente y la parte más inaccesible del cerro que con una muralla de menor prestancia defendía con igual eficacia a sus  moradores; en donde edificios de gran tamaño empiezan a aflorarnos tras las excavaciones.

Desde aquí seguimos bordeando los muros de la ciudad y ya en su parte norte divisamos casi en el suelo un gran dintel de un pequeño portón  del muro. Si miramos hacia abajo fueron excavadas hace años elementos de un complejo industrial posiblemente de extracción de aceite. Desde aquí parte el muro perpendicular que defendía el segundo recinto amurallado y observamos las recientes restauraciones junto al muro Ciclópeo (llamado así por el gran tamaño de las piedras). Continuamos el recorrido hasta la puerta oriental donde finalizamos la visita.

La parte más singular hallada en su interior es la Cruz de Begastri o Cruz de Cehegín. Se trata de una cruz monogramática realizada en bronce. Contiene tres letras griegas Alfa, Omega y Rho. Las dos primeras representan a Dios, principio y fin del universo, formando parte de ambos brazos. Y la Rho de Rex, el símbolo de Rey. Integrado en la parte de la cadena que la sustenta, aparece otro crismón enmarcado en un círculo, pero de menor tamaño.

Mide 38.5 cm. de alto y 31.8 cm. de ancho en los brazos. Tanto los brazos de la cruz como las letras y el disco monogramático van decorados por ambas caras mediante círculos incisos. Otras dos piezas de la cruz son dos delfines idénticos que, posiblemente, debieron ir unidos a la cruz en su creación, aunque actualmente permanecen desunidos, éstos simbolizarían el salvamento de los náufragos (paganos) siendo atraídos hacia la cruz (la fe cristiana) en torno al Salvador.

Otro hallazgo singular fue el Tesorillo de Dirhemes Emirales Norteafricanos de época previa a la invasión musulmana, con más de 300 piezas de plata.

Cruz Monogramática De Begastri

La Cruz de Cehegín o de Begastri (yacimiento arqueológico donde fue encontrada) es de tipo monogramático y realizada en bronce.

Es de principios del siglo VI y tiene paralelos con las cruces de Burguillos, Santa Elena de Jaén y la del Cortijo de Iscar de Baena, todas estas cruces hay que situarlas entre los siglos IV al VI.

Las prácticas religiosas cristianas durante estos siglos se ven reflejadas en la liturgia visigoda o mozárabe que adquirió carácter propio durante este periodo y continuó entre estos últimos en el territorio dominado por el Islam, como sucedió con la Virgen de la Peña, en la Pedanía ceheginera de Canara. Esta liturgia es de origen romano, enriquecida por las aportaciones bizantinas.

La principal característica de esta liturgia era su afición a los símbolos y en este contexto hay que situar al Crismón de Cehegín.

Cruces de este tipo se colgaban del techo, encima del Altar y eran de uso obligado en la consagración de iglesias, altares, y en la bendición de los cementerios.

En concreto esta cruz contiene tres letras griegas Alfa, Omega y Rho. Las dos primeras representan a Dios, principio y fin del universo, formando parte de ámbos brazos. Y la rho de Rex, el símbolo de Rey. Integrado en la parte de la cadena que la sustenta, aparece otro crismón enmarcado en un círculo, pero de menor tamaño.

Los delfines que, posiblemente, estaban unidos a la Cruz, simbolizan a los cristianos en torno al Salvador, y estaban colgados en los extremos de los brazos y simbolizan la línea de tierra como salida hacia la búsqueda de Dios.

Mide 39,5 cm. de alto y 31,8 cm. de ancho en los brazos. Tanto los brazos de la cruz como las letras y el disco monogramático van decorados por ámbas caras mediante círculos incisos.

Actualmente existen dos réplicas: una en el Museo Arqueológico Municipal y la otra en la Iglesia de Santa María Magdalena de Cehegín.

Virgen De Las Maravillas

Este conjunto de edificios comenzaron a construirse en el siglo XVI por real orden dad por el rey Felipe II, titulándose CONVENTO DE SAN ESTEBAN PROTOMARTIR EXTRAMUROS.

Regentado por la orden franciscana desde entonces salvo en dos ocasiones que sufrieron exclaustraciones, la primera en 1836 a 1878, y otra coincidiendo con la segunda Republica que se convirtió en cárcel de mujeres.

Acoge en su interior la imagen de Maria Santísima de las Maravillas desde 1725, y al poca tiempo de llegar se convirtió en la nueva Patrona de la villa de Cehegín por la gran devoción que el pueblo tomo a esta hermosa Imagen.

Desde el siglo XVI, tras la edificación de una pequeña Iglesia dedicada a San Esteban ha sufrido multitud de remodelaciones; la mas importantes se realizaron en el siglo XVIII, en las que se demuele gran parte de los muros de la Iglesia para agrandarla, así como elevarla por lo que portada principal de piedra labrada se demuele parcialmente enmascarando el esto y ganando altura.  La Torre se eleva considerablemente y se cubre el ladrillo visto al igual que los entrepaños de mampostería de le daban su anterior aspecto; se le construye una linterna en su parte superior que le sirve de campanario.

La obra mas importante fue la construcción del camarín para instalar con la dignidad apropiada a la Virgen de las Maravillas, así como el retablo barroco del altar mayor.

La ultima obra importante se realiza, demoliendo la capilla de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, que ocupaba un brazo del crucero y construyendo la actual capilla de San José, siendo esta una verdadera Iglesia dentro de otra.

En la zona conventual cabe destacar el claustro barroco de su interior sobre el cual gira el resto de las edificaciones del Convento.

En los anos 40 del pasado siglo XX se rehace en su totalidad la fachada, demoliendo la anterior de yeso.  En 1999 se lleva a cabo la restauración actual, rehaciendo en jaspe rojo de la Pena Rubia la fachada del siglo XVIII, así como limpiando la torre y dejado su aspecto primitivo, conservando la linterna del segundo cuerpo.

Historia De La Virgen De Las Maravillas

La historia de la Virgen de las Maravillas de Cehegín se remonta al año 1721 cuando el Padre franciscano Francisco Moreno Pastor expresó su deseo de buscar una imagen mariana para Cehegín, para que cautivase, conmoviera y enardeciera a las almas que ante Ella se postrasen y así se proclamase madre y protectora de todos los habitantes del municipio.

Don Pedro Antonio Pereti, natural de Cartagena, quien contaba con los medios económicos y los contactos adecuados, fue quién ayudó al franciscano a realizar su deseo y en 1723 logró que su hermano Lorenzo Pereti, capitán de navío mercante, le encargará en Nápoles al escultor Nicolas Fumo, la imagen de una Virgen con el Niño en sus brazos.

Cuatro años después del encargo llegó a nuestra tierra la maravillosa imagen de María que hoy tenemos con nosotros e innumerables son los relatos que acompañan su realización y trayecto hasta Cehegín. Vino en barco hasta Cartagena, arribando el 16 de julio de 1725, y pese a la impetuosa tempestad sufrida durante el viaje, que deterioró la mayor parte de la mercancía, la talla resultó intacta de forma milagrosa y recibió entonces el nombre de Virgen de las Maravillas.

El Padre Moreno se hizo cargo de ella llevándola hasta Cehegín, por Lorca, Coy, Avilés y Cañada Lengua. El pueblo salió a recibir con gran entusiasmo a su imagen donde hoy llaman Puente de la Virgen. Se colocó en el Colegio Franciscano el dia 25 de julio de aquel año y desde entonces se viene venerando en este convento-santuario, construido a finales del siglo XVI y declarado monumento histórico-artístico nacional como ejemplar genuino del barroco murciano.

Cehegín ya disponía de patrón, San Zenón. El culto a este Santo lo llevaron a la villa posiblemente los Templarios desde Tierra Santa en la Edad Media. Pero la insistencia de los padres franciscanos del Convento de San Esteban hizo posible el  hecho de la llegada de la Virgen a Cehegín en 1725.

Cuando la Virgen llegó el 25 de julio del año 1975 se aprovecharon los días de fiesta en honor a San Zenón para que también lo fueran en honor de la Virgen. De esta forma quedaron instaurados el día 9 de Septiembre el de Zenón, y el 10 el de la Virgen y así el nombre con el que se invocó a esta imagen de «Maravillas» se celebra en esa fecha, aunque no estuviera acuñado en el santoral.

El culto a la Virgen se impuso rápidamente entre todos los habitantes del municipio y llegó a ser tan venerada como la imagen de la Virgen de la Peña, cuyo santuario se encuentra en Canara. Poco a poco, caló en los corazones de los cehegineros y el pueblo se volcó con ella y así con el paso del tiempo muchas familias pusieron su nombre a las niñas que nacían en Cehegín.

El 27 de octubre de 1730 se inauguró un precioso Camarín, que costeó todo el pueblo y en 1734 se dotó a la Virgen y el Niño con coronas de plata.

No tardó en convertirse en copatrona de la ciudad junto a San Zenón, pero el culto a la Virgen de las Maravillas siguió aumentando a pasos agigantados, hasta que a finales del siglo XIX sólo comienzan a figurar las Fiestas de la Virgen como las únicas en el calendario, olvidándose las de San Zenón.

Rápidamente se nombraron mayordomos para recaudar fondos para las Fiestas de la Virgen. El Concejo ya destinaba partidas cuantiosas para su festividad a mediados del siglo XVIII. Los actos religiosos eran los más importantes y marcaban el comienzo y el fin de las fiestas con los traslados de la Virgen. En estas procesiones los vecinos, además de ir tras la Virgen, preparaban los descansos o altares callejeros.

El culto y la devoción a la Virgen fue en aumento y así la coronación pontificia de la Santísima Virgen de las Maravillas fue el día 10 de septiembre de 1925, por el obispo Vicente Alonso y Salgado, siendo Papa Pío XI. Fue proclamada Patrona de la ciudad de Cehegín en 1927.

Con el paso de las décadas la devoción hacia la Virgen de las Maravillas se acrecienta día a día, y el cariño del pueblo es tan grande que la imagen se libra de ser robada o destruida en tres ocasiones: la primera cuando las tropas napoleónicas saquean la villa durante la Guerra de Independencia en 1812 y la imagen fue trasladada en un viejo arcón y escondida enuna finca rural llamada La Jabalina donde permaneció durante 7 días camuflado el arcón de lentiscos dentro de una calera junto a un barranco; la segunda en 1837 cuando las leyes desamortizadoras amenazaban la supervivencia del convento que albergaba la imagen, teniendo que mediar el Ayuntamiento de la ciudad para que no ocurriera tal desgracia; y la tercera, que tuvo lugar durante los años de la Guerra Civil, cuando se aprobó su traslado a Murcia, donde fue catalogada como pieza de incalculabre valor y depositada en el Museo Provincial de Bellas Artes. Se reintegró a Cehegín el día 7 de mayo de 1939.

La festividad litúrgica se celebra el 10 de septiembre, enmarcada en las fiestas patronales, que tienen lugar del 8 al 14 de dicho mes. En este contexto se han celebrado durante el siglo XX los actos de conmemoración en las Fiestas patronales por el 200, 225, 250 y 275 aniversario de su llegada a Cehegín.

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